21 de febrero, 2015
Por Sergio Bustos - ladiscusion.cl
Aún monitoreado por personal y
brigadistas de Conaf, el incendio que arrasó en menos de una semana con 1.600
hectáreas de pino, eucaliptus y pastizales, y destruyó parte de una planta
porcina ($200 millones en pérdidas), representó para las autoridades locales el
mayor despliegue en terreno y de recursos en lo que va del año.
La emergencia se desató el lunes
a la altura del km. 418 de la Ruta 5 Sur, en Chillán Viejo, movilizando a la
totalidad de las compañías de Bomberos de la intercomuna, y a los ediles que se
constituyeron en el lugar para observar la evolución del fuego que amenazó
viviendas y generó la evacuación de 35 personas del sector Quillay.
“Fue una jornada de muchas
dificultades”, admitió la gobernadora Lorena Vera (MAS), principal responsable
provincial de coordinar a los equipos de emergencia y de mantener informado al
nivel central sobre la evolución del siniestro
Por ello no extrañó que Vera
estuviera presente en los sectores adyacentes a los predios incendiados, se
entrevistara con los empresarios que se vieron afectados y mantuviera cercanía
con las personas que tuvieron riesgo de afectación en sus inmuebles.
Era su obligación, estuvo a la
altura de las circunstancias y manejó con claridad los informes del incendio
entregados a la prensa.
Una vigilancia similar y
permanente del incendio desplegó Felipe Aylwin (PS), alcalde de Chillán Viejo,
al igual que algunos ediles de esa comuna, que incluso colaboraron con la
contención del fuego, excavando tierra y confeccionando cortafuegos para evitar
su avance.
¿Afán de figuración o real
interés?
Para expertos en marketing
político, la presencia de las autoridades en situaciones como la registrada
esta semana en Ñuble es vital, a pesar que ello pueda generar suspicacias y
cuestionamientos por exceso de protagonismo.
“Aunque puede ser objeto de
crítica debido a sobreexposición, una autoridad en terreno en una situación de
emergencia transmite señales de cercanía y preocupación por su comunidad; tal
aspecto refuerza la labor en terreno que cotidianamente desarrollan alcaldes y
concejales. El rol de la gobernadora es quizás aún más técnico y necesario en
estas instancias, pues debe enfrentar las situaciones de emergencia y
catástrofe que se produzcan en la provincia, colaborando en la coordinación de
los distintos servicios involucrados”, afirma el analista Juan Carlos Romo.
Coincide Paulina Pinchart,
académica de la Universidad del Bío-Bío (UBB), aunque sostiene que es necesario
que esa presencia se mantenga en el tiempo, o de lo contrario, la empatía
inicial se convertirá en un arma de doble filo para los ediles.
“Solamente el hecho de que los
políticos estén acompañando a la gente, ya es valorado. Por cruel que parezca,
estar junto a una persona observando como se quema su casa, eso ya hace que el
afectado no se sienta solo, ni desamparado, sobre todo la gente de más escasos
recursos que no tiene quien lo contenga ni apoye. Desde ese punto de vista, sí
es algo positivo. Pero hay que tener cuidado. Cuando es para solo estar en la
foto, y decir que estuve ahí. Si ayudé a sentir en la tragedia, pero eso
después no se materializa en otras visitas, y en crear una relación de largo
plazo, ayudar a buscar una solución a problemas sociales, entonces ya se pasa a
un plano negativo. La gente no es tonta, puede ser humilde, pero se da cuenta
cuando está siendo utilizada. Por eso puede ser un ‘boomerang’ que les puede
rebotar a los políticos en forma muy fea. Si la gente siente que han sido
utilizados en su dolor, después van a tener rabia y rechazo hacia los
políticos”, ejemplifica y explaya Pinchart, quien fue testigo de incendios
similares en la zona penquista.
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